CU

propera estació: esperanZa

Hoy sábado me tomé la tarde libre para ir a Ciudad Universitaria (mi sitio favorito), el pretexto fue presenciar el tan afamado partido entre los felinos del pedregal y los amarillentos emplumados. Saco de la experiencia algunas conclusiones:

a. a pesar de que me agrada el deporte de las patadas, tengo que reconocer que gran parte del aficionado pambolero es vulgar (no es un irrespetuoso simpático, es un vulgar incómodo)
b. muchos van a cantar y no a ver el partido (no lo entiendo)
c. la policia puede ser brutal y muy estúpida (el ser humano es violento por naturaleza)
d. las pretemporadas son un engaño para el espectador (uno de los peores partidos que he visto y cien pesos menos en el bolsillo)
e. el aficionado mexicano es poco imaginativo (les agrada hacerse los argentinos y los aficionados azulcrema gritan el Huelum, cosa que no tiene ningún sentido y me molesta)

La primera vez que fui a ciudad universitaria, fui a presenciar un partido de americano, los que han ido entenderán que es algo completamente distinto, una tradición más entrañable donde puedes encontrarte a un viejo de 60 o 70 años (como mi abuelo) que en verdad porta sus colores institucionales como una responsabilidad y honor. Los cantos, las porras, el duelo de Huelums y Goyas, las mascotas y las porristas (algunas alumnas mucho más modestas que las edecanes Banamex que bailan con Goyo) el escenario perfecto del deporte universitario por exelencia, hoy tan desgastado. Es por eso que esta tarde futbolera me desepcionó un poco o un bastante.

Fuera de eso me encanta como siempre ir a CU, me vino a la mente mi primer día como estudiante de la máxima casa de estudios, el teatro Carlos Lazo a reventar y al finalizar de una larga charla los directores de la facultad invitan a los ilusionados presentes a gritar un goya por nuestra facultad: GOOOOYA GOOOOYA CACHUN CACHUN RARA CACHUN CACHUN RARA, GOOOOYA ARQUITECTURA!!!!!; yo no estaba tan ilusionado pero no pude evitar que se me erizara la piel.

En fin se acerca el otoño y volveré a CU, vestido de guinda y blanco a sentirme parte de una tradición.