Y SI NO HUBIERA IDO...?

Te levantas sin el mejor humor del mundo, algo te dice que no te pares de tu camita, que las cobijas y el calorcito hogareño son la mejor combinación; pero uno es masoquista y sale a las calles a ver como se derrumba el mundo, el propio y el ajeno.
Así salí yo, presenciando como el metro se colapsaba poco a poco, un vagón más y yo sin poder entrar. Llego finalmente a insurgentes, camino por la glorieta y ZAZ!! Reforma tomada, literalmente un camping enorme plantado en una de las avenidas principales de esta ciudad, quizá el angel fue el único precavido. Y no hay como razonar con los aposentados, es mejor la resignación a saber que estarán ahí por un tiempo y tomar las debidas medidas previas de transporte, mientras yo haré más tiempo en llegar con más aglomeraciones en el transporte público, ellos juegan fubol con las glorietas como porterías.
Llegué a la oficina, tranquilo, comienzo a trabajar y PUM!! que me sacan de mi lugar, y no sería tan grave, pero cuando tienes una oficina enorme con dos teléfonos, cajones, gabetas, una computadora enorme y hasta clavito para poner mi sweter y te cambian al rincón con un escritorio y el resto de mortales, ya no es lo mismo, y es que a mí me gustaba estar aislado y a mis anchas.
Definitivamente hay días que uno... se debió haber quedado en su cama