CONCLUSIONES POST CLARITAS

En efecto, el trabajo nuevamente me sacó del rincón de seguridad que es esta ciudad. Nos fuimos hasta la angelópolis del centro, una ciudad que nos recibió con sus iglesias y su tráfico. Fue uno de esos viajes en los que siento que el tiempo está un poco encapsulado, definitvamente estuve ido bastante tiempo, autisteando y clavándome mientras señores con traje y corbata hablaban de marcos jurídicos y mejoras regulatorias desde un micrófono. Algo que me causa gracia de esos momentos es como muchas cosas se reducen a una abrazo de tres palmaditas en la espalda y un saludo largo con sonrisa Colgate y la trillada frase de "qué tal licenciado".

Tengo las emociones algo enmarañadas o puestas al revés, pero sigo el mantra de callarme y no decir tonteras, hasta no tener las cosas más claras, quizá eso también me mantuvo un poco ido, a veces eso de pensar demasiado en lo que se siente también produce agotamiento.

La gente poblana es .... (particular, peculiar, lenta, falta de sentido común) bueno no sé como ponerlo sin que sea manchado; el caso es que lo bueno que hicieron es hacerme sentir muuuy bien de volver a la ciudad y desarrollar mi orgullo e identidad chilanga.

Puebla gana puntos extras por su comida, eso se lo reconozco.

Tuve pesadillas varios días, incluidos los días poblanos, solo recuerdo a mi jefa, marikits, un coche, un asaltante y una pistola por el espejo retrovisor. Sí me espanté...chale.

Ahora nos queda Chihuahua como el próximo destino... proxima estación ...