PARIS 9:16 AM
Bienvenue a Paris, eso sonó por el sonido interno del avión. Una señorita con voz y falda inconfundible de línea aerea anunciaba nuestra llegada al aereopuerto Charles de Gaulle de la ciudad luz; fue eso y el aterrizaje lo que me despertó de golpe. Con los ojos aun cerrados, la maleta que pesaba entonces más que nunca y una tos de perro seco fue que salí por el pasillo del avión. Nos recibía un sol timorato y algo de frio, nos pasearon por un camioncito mientras nos preguntaban varias veces, a dónde va, dónde está su billete y pasaporte.
Llegamos a la terminal 2C, un pasillo grande de sillas, ventanales, pantallas, y comercios que presumen de ser libres de impuestos. Me senté al fondo, dormia a ratos, roncaba, la cabeza más pesada que mi impulso caia de pronto hacia el frente y hacia atrás. Los restos de dos noches pasadas seguían en pie, pensaba... de dónde salió tanto alcohol y tantos dolores (físicos y emocionales) en tan poco tiempo, así que los restos de mí se quedaban aplastados en un asiento verde de la terminal 2C mientras trataba de dormir para pasar el tiempo y disminuir las consecuencias. De pronto un tipo con acento extraño y aspecto albino interrumpe mis esfuerzos... ¿A MOSCU? ... no le entiendo muy bien, y repite... ¿ARE YOU GOING TO MOSCOW?... yo me remito a responder MEXICO.
Sonrió, quizá tratando de hacer algo de plática, pero en ese momento no me encontraba con el ánimo de hacer nuevos amigos descoloridos y temporales en las terminales de una país extraño, me partió mis intentos de hacer algo por el sueño y salí a recorrer los pasillos de la terminal... aun faltaban 3 horas para salir. Señoras de caché tomando café y tratando de ocultar su notorio acento chilango, dependientas de una tienda encerradas en un cuartito tratando de fumar un cigarro sin que sea muy notorio el olor, una chica quitándose el uniforme de la línea aerea, se despide de su colega y se convierte en mujer parisina para dejar de ser la chica de airfrance detrás del mostrador. Un morenazo se para junto a mí mientras reviso los diarios deportivos que no entiendo, aunque nadie sabe que sólo veo las fotos. Él lee atentamente el mismo diario que yo y solo repite "ahhputain" al parecer no ha ido muy bien.
Regresé a los bancos verdes del fondo y traté de dormir otro poco, pensé que los aereopuertos y ese en especial, son buenos escenarios para una escena de asesinato. Pero al final el sueño me venció hasta que anunciaron la salida del vuelo no sé que con destino a México y me embarqué en otro fastidio de 11 horas.
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