DE PRIMAVERAS POR LAS CALLES
De primaveras, exigencias y tribulaciones políticas están inscritos mis días más recientes. Por azares del destino y laborales de mi esposa, mis días se convierten combativos agrandados e impulsados a partir de la reciente libertaria actitud de Mariana, que descubrío su indignación y politización tarde, pero a tiempo.
Quién iba a decir que iba a ser en México donde iba a descubrir su indignación y enojo. Me gusta así, combativa y deslumbrante cuando levanta su manita y "agita el puño fuerte", eso sí sin perdér el estilo.
México país convulso, que se reconstruye a partir de las voces jóvenes que lo interpretan, que recobraron su voz acallada por apatías que se construyen conforme pasa el tiempo. Porque es complicado dejar pasar el tiempo sin perder la esperanza. Es sencillo cuando se vive en un país donde son más los que padecen que los que pueden. Donde las oportunidades son no pocas, nulas. Porque las oportunidades están reservadas, porque se llegó tarde y no hay mesas. Las opciones en este país están excluidas y ese es el problema, que no existan para una gran mayoría.
Pues bien hemos salido a las calles, los jóvenes y los que tratamos de seguir siéndolo en los últimos suspiros de una adultez que se implanta poco a poco y en silencio. Hemos salido a tratar de recobrar eso que se niega a partir del interés de unos cuantos. Hemos salido y gritado, nos portamos bien pero alzamos la voz porque así debe de ser.
Yo grito, con emoción y en conjunto, ellos sacan sus credenciales de estudiantes yo saco mi credencial de Godinez, porque cada quien colabora desde su trinchera, desde su día a día. Ya no grito sólo, ahora grito con mi pequeña compañera combativa y comprometida, ahora gritamos por los demás, por nosotros y por Mikel, Iñaki, Lia y Pia... para que crezcan en esta ciudad y en este país, para que no se los roben, para que ellos puedan gritar, para que ellos se puedan comprometer y ayudar desde el lugar que ellos quieran, para que mis hijos y nuestros hijos tengan voz.