como gritara el buen sinuhé en medio del zócalo frente a Manu Chao: PROXIMA ESTACIÓN ESPERANZA!!!!!


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martes, febrero 19, 2008

DE NOCHES Y NEGATIVOS

El tiempo nos ha alcanzado, eso es lo que pensé ayer, noche regia lluviosa y nublada. Me volví a encontrar con uno de esos amigos de toda la vida, después de cinco años, volví a ver a aquel personaje con nombre de novela y personalidad exepcional.
Monterrey no fue lo que me esperaba, nublada como nunca me escondió el cerro icónico de sus postales. Pero me regaló de vuelta las memorias y amistades, hemos cambiado demasiado y a pesar de ello seguimos siendo los mismos. Él se ríe igual y sigue siendo un tipo sencillo, ríe con mis historias y me enseña una morada que a fuerza de conseguir lo que quiere se ha convertido en su exilio personal.
Comimos cabrito, reímos un rato y me presento a la que ahora acompaña su vida, en medio de un acento ageno y sabiéndose víctima de una nostalgia, por lo caótico y vivo de sus lugares y referentes. Después me mostró la ciudad en coche, una ciudad de noche y en negativo, recorrimos los municipios de esta realidad norteña que ahora cuida su hogar y su futuro.
Hemos acordado una primavera en la ciudad de los palacios, hemos acordado que cenaremos en casa, en mi nueva morada que alberga nuevas formas de vida, como lo hace el aquí. Me regaló una noche de esas memorables, nostálgicas y llenas de algo inexplicable. Al final nos despedimos, con un abrazo sincero y honesto, de cariño por alguién presente en tu vida, a pesar de las ausencias y distancias.

Sona ara: Moon River (en versión bar de hotel)

lunes, febrero 18, 2008

MAÑANAS AEROPORTUARIAS

Mañana fresca en la Ciudad de México, una larga fila llena de impresentables da la bienvenida a una nueva terminal, que aun huele a nueva y causa confusiones, no ya con los viajeros sino con su mismo personal.
He llegado demasiado temprano a este aeropuerto, me ofrecen salir un poco más temprano, pero mis cálculos de tiempo aéreo me recuerdan que no he fumado y no lo hare en un buen rato, así que desisto de tomar un vuelo previo, entonces heme aquí con un capucino encima y esperas ataviadas de una conexión a la red.
Nuevamente el laburo me saca con maletas del hogar para desentenderme aunque sea por un par de días del trajín oficinístico, de lo Gonzalitos y la rutina. Esta vez me llevan a Monterrey, el pináculo de los avances del país, quién sabe hturo, sie comprobar, si es que es la ciudad del futuro, si es la capital más sureña de los Estados Unidos, si el cabrito sabe bueno, si la Macroplaza es sólo una plancha de cemento sin chiste y si eso es reflejo de aquello que los economistas insisten en llamar progreso.
En este viaje, el ingrediente especial, es volver a alguién muy querido que he dejado de ver desde hace bastantes años y que ahora me reencuentro en el norte del país. Los regios esperan mi llamada, y yo sólo espero que hayan realizado bien su trabajo, para que el mío salga como debe de ser.
Me he acostumbrado a los aeropuertos, a las salidas, esperas, pantallas y llegadas. Puedo poco a poco reconocer las tipologías de pasajeros, incluso a veces juego a adivinar sus destinos, se mueven algunos asombrados, otros tantos como yo con un conocimiento del funcionamiento de esta trampa de maletas y terminal de aves metálicas, producto del ingenio del hombre blanco, colorado o verde. Nuevamente nos subimos a las desquiciadas paradas con una nueva parada... Monterrey.

Sona ara: 4 + 20 - Crosby Still Nash & Young
Para el señor Sinuhé, por el gusto de toparnos nuevamente

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miércoles, febrero 06, 2008

LAS MAÑANAS CON SOUNDTRACK

Las mañanas en estos nuevos escenarios son como escenas de una película de esas largas y lentas, recorro mi cuarto del mismo modo que sigo una rutina en perfecto silencio, mientras de fondo suenan las noticias por la televisión; y a todo ese proceso le podría poner un filtro azul para la imagen y algo de música de Belle and Sebastian, la podría editar en pequeños cortes y tendría una buena escena para estrenarme en el mundo del celuloide.
Después salgo de casa, mis cinco o siete minutos de camino al trabajo, la vida y esta ciudad parecen abrirse de pronto, de una forma ruidosa, burda y luminosa. Hay que toparse conlos peceros, con un Periférico que no deja de gritar por los escapes de los autos y por la gente que funciona a paso rápido y peinados aun húmedos, ellos no saben que yo camino muy tranquilo y bien dormido. Me conecto los audífonos y me desconecto del resto, camino y entonces la rutina se convierte en un soundtrack al capricho de la música aleatoria del iPod.
La vida en sociedad llega después de una hora de abrir los ojos, empieza con un "buenos días" a la gente de seguridad de la oficina, después le siguen múltiples saludos y bromas a forma de saludos, y entonces el laburo me recuerda que somos entes sociales, que no podemos vivir como islas, a pesar de que la música que suena por los audífonos y los silencios sean tan placenteros.

Sona ara: El tiempo no para - Bersuit Vergarabat