Y ENTONCES...
Eva se despierta, mira el reloj y son las cinco treinta de la mañana, no puede dormir. A un lado sólo quedan los vestigios de la última taza de café tibio. Se levanta y decide que es el momento... lleva días pensándolo, pero es quizá el amanecer adelantado y su nulidad cerebral lo que la impulsan a hacerlo. Se levanta se pone encima lo primero que encuentra, toma las llaves del auto, los cigarros y se marcha sin rumbo, con la carretera, la oscuridad y las nieblas en tubo como únicos compañeros.
Lleva dos horas manejando, sin revisar rumbos ni direcciones, se dice a si misma que no volverá, que esa vida de autómata no se puede sobrellevar por más tiempo, que las personas y realidades que conoce son una verdadera mierda. La nulidad y no el frío le atraviesan las huesos, de su boca seca se prende el quinto cigarro del recorrido, enciende el radio y sólo se escucha la estática, lo apaga y balbucea una frase repetdamente de alguna canción que no recuerda: don´t stand in the doorway cause the times are changing, una y otra vez. Definitivamente llegó el momento, el momento de mandarlo todo a la chingada.
Se apaga el motor, y sale de su auto. Los primeros rincones de la mañana se asoman en el cemento y prende un cigarro más...
viene de florsieg
va para lasrita
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