DE NOSTALGIAS Y TRISTEZAS

La tristeza con el tiempo se aminora, se comienza a transformar en una nostalgia de costumbre, una especial que te recorre el cuerpo, las calles de antaño, noches y momentos que a tientas tratamos de recuperar. Precisamente eso es lo que hacemos comenzamos a dilusidar como recuperar las memorias que algunas veces se quedaron en papel impresas y otras tantas en lugares más internos.

Y al final las nostalgias tienen nombres, apellidos y rostros, es ahí cuando las hacemos nuestras y las buscamos. En los tiempos de Gaudí algo similar sucedía, la ciudad comenzó a tener un rostro que resultó ser el mio, el camino del ferrocarril que avanzaba en medio del bosque se hizo un camino vespertino familiar hasta que el vagón dio su última parada y se marchó, mientras yo hacía lo propio.

Ahora ese ferrocarril y esos rostros parecen lejanos, y en el intentó por recobrar las cosas y los rostros que valen la pena, abandonaré el gris de esta ciudad en mes patrio. A fuerza de tener una instantanea de Polaroid a colores, volveré, por mis Fortuna, por un té, por una chilena con sus cordilleras lejanas, por Clara y lo impresiso, por Gaudi, por la rambla del Born, por mi hermano, por mi ciudad. Esa es la consigna y la misión, habrá que volar con los audifonos puestos y el corazón empacado, para brindar por quien decidan, por Barcelona... SALUT.