FLORIDA

Hay distintas formas de soledad, a veces nostálgica, con sus dosis de música y cigarros que pasan el humo en pequeñas cantidades, al mismo tiempo que las imágenes recorren la cabeza. Hay soledades que angustian y hacen que se sientan punzadas en el estómago. Pequeños cólicos, cargados de municiones de miedo o tristeza.

Hay otras soledades más próximas y amables, éstas que se llenan con café y cenas para uno. La soledad que te regala los espacios propios, un pequeño departamento al sur, con sus ladrillos y mosaicos.

Lleno nuevos espacios, y disfruto de la caminata por la mañana con los cascos bien puestos y un frío nuevo que recorre la ciudad. Me da la bienvenida un invierno que no acaba de llegar, pero que se hace presente sin avisos. Bocanadas de aire fresco, para celebrar los nuevos espacios llenos, felicitaciones sinceras y despedidas de jardín.

Tenemos nueva morada, más acogedora sin duda. Más personal y sin pasados que reprocharle. Nina Simone hace de soundtrack de mi cena. Me recibe un buen fin de semana deportivo, risas cómplices y chimeneas con sonrisas que cuidan el sueño.

Nuevos espacios…
Sona ara: Sweedeedee – Cat Power (que por fin se puede escuchar con paz)

UNA CAMISA BLANCA Y CORBATA A RAYAS

Mi vida de burócrata lleva saco, corbata y camisa pulcra y blanca. Se levanta temprano, calza los zapatos de vestir y baja de peso más por cansancio que por convencimiento. Esta vida mía es la que se despierta y asiste a juntas, la que se pierde en la música tratando de recordar o hacer más llevadera la tarde, a veces con un cigarro, a veces con la convicción de hacerse más sencilla.

Ésta, lleva la ropa planchada a un lado de las cuentas del mes. Recibe estados de cuenta y deudas que cubre puntualmente evitando los intereses. Se recuesta para descansar un poco y marca los días de cobro. Viaja con la oficina y en los intermedios se da tiempo de sentir, bebe por beber o quizá por no sentir.

A esta vida se le acaban las monedas cuando llega a casa, usa pantalones de franela, prepara la cena, pálida y descolorida pero agradable. Cuando se pierde y desconecta con los resultados deportivos. A esta vida se le acaban las monedas cuando se deja ser, recuerda que también se vale reir y desconectar el corazón, desenchufarlo hasta que este reparado de nuevo, como un pequeño soldado de plomo con la mandíbula destrozada por el golpe. Todo esto mientras Amy canta por el televisor.

Sona ara: Amy Winehouse - Me & Mr. Jones

CUÉNTAME... ¿CÓMO PASÓ?

Algunos golpes de la vida te dejan fuera de combate, como un derechazo directo a la mandíbula. Son golpes inesperados que te hacen madurar de repente, desencantos, pérdidas, traiciones… La ingenuidad se acaba cuando te encuentras cara a cara, con cosas que te despiertan ya para siempre. Cosas como el orgullo que nos impide dar el más mínimo paso hacia el perdón; levantando un estúpido muro entre nosotros y los que más queremos; o la codicia que tan expertos somos en disfrazar usando todo tipo de buenas y respetables razones. Así era el mundo en que yo acababa de ingresar, el de los adultos, un mundo en el que la inocencia de la infancia, deja paso a la soberbia, los problemas, los malentendidos y la defensa de los intereses de cada uno, aunque para ello a veces tengamos que pagar el peaje de la soledad o el de la mentira, en la que algunos viven permanentemente instalados, engañándose a si mismos y lo que es peor a las personas que en verdad les quieren. Una mentira que quizá por sucia y traicionera es el peor de nuestros defectos, sobretodo cuando esa mentira mata al amor. Porque al final es lo único que tenemos y si también el amor es mentira, ¿qué nos queda?
Aquél día, en aquella calle, viendo a Julia de la mano de otro aprendí que el amor también está hecho de dolor; y que se puede decir “nunca te olvidaré” cuando ya te han olvidado. Maduré y aprendí, hasta el punto que en otro tiempo y en otra calle, yo hice lo mismo, porque así es la vida y así lo aprendemos todos alguna vez.

Carlos Alcántara

Hay ocasiones en que la TV dice mejor lo que uno piensa