como gritara el buen sinuhé en medio del zócalo frente a Manu Chao: PROXIMA ESTACIÓN ESPERANZA!!!!!


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viernes, enero 23, 2009

POST TARDÍO SOBRE EL PARAISO

(Nota al lector: este post resulta falto de actualidad, pero las oficinas con Fortinet resultan así)

PRIMER DÍA EN EL PARAISO

Leí el post – carta de recomendación y buenos deseos – del Chanfle para su carnal, a manera de presentación e introducción al paraíso. No pude evitar pensar en ese primer día a poco más de ocho años luz, el día que entré a la Ibero.

Por años pensé en la Ibero, como bien dice Chanfle , como una cáscara reluciente y vacía. Desacreditaba su sistema académico por mera ignorancia y me quedaba con el cliché de niños pupis jugando a que estudian. Después la fui conociendo un poco más y terminé por escogerla como la mejor opción para estudiar “la universidad” (concepto que sonaba tan importante y ahora es más bien nostálgico, anecdótico y meramente circunstancial).

Durante mi proceso de elección de escuela nunca reparé en distancias, digamos que fue un factor X al que le resté importancia. Todo el tramiteo de papeles lo hice a distancia, era como inscribirme a una escuela por correo, siendo mi hermano el cartero oficial. Nunca me paré en Santa Fe hasta que hice el examen para entrar, si bien el camino fue largo, pensé que después de ir a la escuela en bicicleta por 3 años toda distancia me parecía ridículamente grande (ohhh grave error!).

Pues bien, no reparé en distancias hasta el primer día de clases. Cuatro y media de la mañana y el despertador sonaba en mi recámara como un rotomartillo escupiendo caballos de fuerza dentro de mi cabeza. Ojito abierto, sólo para comprobar que no había luz, no había ruido, no había nada, sólo obscuridad y gente dormida. Entendí en ese momento que Coapa y Santa Fé tenían incluso distintos husos horarios.

Baño vaquero de por medio, un yogurt y a la aventura universitaria. Afortunadamente una chica muy guapa (no sé cómo le hice, mis encantos adolescentiles quizá)  me había ofrecido transporte, lo cuál no hacía más soleado el trayecto. Cinco de la mañana y cual gatos mojados a transitar por una ciudad que ya había despertado.

Llegué a clase de siete con Labarthe, buen hombre, pausado y hasta cierto punto simpático, sobretodo considerando la hora. Sin duda, la primera impresión nunca se olvida: un salón lleno de chicas!

En efecto, mi grupo estaba compuesto de veintitantas chicas y cuatro chalanes, yo incluido.  La variedad era por demás curiosa, barbies con ese olor a fresita mañanera que menciona Chanfle, freaks con gorrito de impermeable (inexplicable), chicas guapas pero normales, chicas normales y también chicas feas. El señor nos abría un abanico de posibilidades, para todos los gustos y presupuestos.

Recuerdo algo que pensé al salir de clase e ir a la famosa y hasta mítica Fuente (cuando tienes dieciocho, cualquier cosa puede adquirir el carácter de mítico), no era una fuente impresionante, era más un pinchurriento chorrito rodeado de tipos de la carrera y me dije: “Todos los desadaptados y freaks están aquí, gracias Dios mío, gracias”.

Dejaba de ser el raro de mi generación para ser parte del montón, esa seguridad de pertenencia la agradecía de sobremanera. Si bien luego te das cuenta que nanai, que no tanto, me gustaba saber que en esta escuela rodeada de bellezas, también estaba cool ser raro, es más era vendedor.

Yo, venido del sistema TEC al cual había desertado, necesitaba saber que había gente que no quería ser ingeniero, que no llevaba la verdad bajo el brazo en forma de laptop y que no se comía eso del “desarrollo emprendedor”.

Mi regreso de ese día escolar fue largo y agradable, sabía que mi decisión había sido la correcta. Como bien dice mi compadre Chanfle, es una gran cáscara reluciente y bonita (para encontrar la definición de cáscara, remitirse al post original de esto) pero lo de adentro me supo mejor. Lo de adentro estaba compuesto de desayunos de chilaquiles y huevos con chorizo, de discusiones sobre la realidad que pesa a la realidad, por pláticas filosóficas que componen al mundo, de referencias impronunciables jugando papelitos, incluso por un profesor italiano con look de Santo Clos que me impresionó al concluir su clase de ética y comunicación con la frase: “… y por eso es que la verdad nos hará libres”, nunca mejor dicha y explicada. Lo de adentro traía el jugo que ataranta.

No sólo me enamoré, viaje, me divertí, me embriagué y conocí a gente por demás relevante en mi vida, el señor Chanfle entre ellos. Puedo decir sin temor a equivocarme, que hasta ahora han sido los días más felices de mi vida. 

                                                            

Sona ara: Beirut - Gulag Orkestar

viernes, enero 02, 2009

POST POST-AÑO NUEVO

Ok ok, ya se acabaron las fiestas navideñas, decembrinas, ya llegó el "niñodio" y el gordito de los renos y se fueron. De hecho ya se acabó el rollito de año nuevo - vida nueva, de un abrazo y mis mejores deseos pa tí y pa tu familia (cuando la mayoría ni siquiera conoce a mi familia) y la versión forever que me fascina "que este año esté lleno de luz que ilumine tu camino"... hayyyyy gooooooei (presta para andar igual como dice el Tri).
Pero pocos se acuerdan del dos de enero, el día más "ñá" del año, como quien dice a nadie le importa y a todos les da hueva. Pues he aquí mi crónica del dos de enero, que en mis condiciones se puede traducir en que toda esta eforia colectiva de las jiestas a mi me pasó como un dos de enero.
Despierto, calientito en mi cama sin reclamos de gotas de alcohol o sabor a cigarro e la boca. Bajo a desayunar un rico sanwich de bacalao, que más tarde va a complementar mi comida de lomo adobado, que a su vez se convertirá en mi cena pero de nuevo en forma sandwich.
Baño vaquero de a cinco minutos y a apresurar pendientes, hay que aprovechar estos días libres y hábiles para poder hacerle de milusos y tramitólogo. Paso primero a la oficina por papeles de vital importancia (si es que quiero cobrar mi incapacidad); en eso descubro con bastante gracia que el baño de la oficina está completamente inundado, sale y sale agua sin que pueda pararlo y sólo puedo avisarle al poli de dicho inconveniente, no puedo evitar pensar que el lunes puedo llegar a una tremenda albercota. Me despido del poli angustiado y mojado para pasar al departamento y recoger mis herramientas de trabajo (computadora y agenda); de nuevo carrito y al banco a cobrar (yujuuuuu!!!) pero nanai (mmmmta); que dice mi mamá que siempre no joven, va a tener que pasar al seguro pa' ver porque no se ha liberado su pago.
Pero como estamos con espíritu navideño, pos chinguesuma' y vámonos pa'l seguro. Llego al seguro por "n" ocasión en este mes y la bonita atención de la señorita de informes que está comiendo su torta de tamal a un lado del ñoño de su hijo que juega con la computadora (sí esa donde dan los informes).
A: -buenas tardes señorita, quería saber porque no está liberada mi incapacidad si ya pasaron más de tres días...
S: -seis- ñam ñam ñam (sonido de tamal masticado)
A: -¿seis qué?
S: -en la seis lo atien...ñam...den
A: -pero mi clínica es esta, la siete, no la seis
S: -...ñam ñam ... no joven que en la caja seis
A: -ahhh y dónde está (sí, ya me esperaba una respuesta estilo, "después de la cinco" pero no)
S: -escaleras final del pasillo búsquele.... ñam... el que sigue!!!
Ya me iba a poner yo todo punkis pero, ñá, espíritu navideño, tons pues nada...
A: -gracias señorita, feliz año
Voy a la susodicha ventanilla y pos es cambio de turno, entonces pues a esperar en la fila. Después de una burocrática fila marca IMSSS me atienden, pa explicarme:
...que estoy dado de alta en otra clínica, pero que en efecto también en esa y esa me corresponde y que cuándo me di de alta, y que pos no joven mire que aquí me di de alta y que no sé donde está la otra clínica, y le juro que yo no fui, y que fue nuestro error y que no que el suyo, que mejor de mi oficina así ni tu ni yo pero que... sí ya en cuatro días pase al banco y cobre. Y pos cómo estamos con espíritu navideño, pues ta güeno de nuevo:
A:-gracias, feliz año joven
J: -igualmente, güero
Salgo de mi aventura con la burocracia médica y me falta aun una parada, corte de pelo express de a sesenta baros. El joven habilidoso pero con poco sentido de la estética sonríe cuando le indico como quiero mi corte, casquete corto como en la primaria. Sonrisa complice que quiere decir que me entendió en seguida y que en menos de diez minutos va a terminar conmigo sin tener que hacer mafufadas.
Salgo de nuevo con las ideas más claras y la cabeza más despejada con dirección a mi casa, a partir de ahí, sólo comí y me puse a trabajar (sí en dos de enero). Padezco de mi pié ya con forma de pie, pero que aun carece de movilidad, soy como Playmobil con la pata tiesa, así que de igual forma camino como los Playmobil.
Ahora me dispongo a ver la tele con mis padres, a ver algo de fútbol americano y la gozadera de tanto tazón colegial acompañado de un "rico" sanwich de lomo o bacalao. Y así como leyeron este fantástico día, así igualito ha sido desde el día doce de diciembre, día en que se me cruzaron unas escaleras y unas chelas. Por eso estas fiestas fueron como un dos de enero grandote.
Sona ara: A Novidade - Paralamas e Titas