DEL FRIO LOS TREINTA Y LA VEJEZ
A veces, uno se siente incómodo, con el lugar que ocupas, la situación, el momento, la gente... no se simplemente incómodo. Lo más curioso es cuando esa incomodidad te lleva a pensar que es causa directa de sentirte incompleto. Muchas veces lo he sentido, a veces en aviones o eventos, pero siempre pasaba por una falta de complemento de lugar... justo ahora me vengo a dar cuenta que ahora me siento incompleto por la falta de alguien, está fregao! Mariana que se va a pasar unos días al sur y uno que se queda incompleto, porque uno ya no solo es uno.
A mí me agradaba el frío, me agradaba porque te hacía sentir solo cuando caminabas por las calles y te mojabas, pero te valía madres. Cuando ibas leyendo viendo a todos los demás esperando por un pecero mientras uno iba muy cómodo sentado dentro de uno. Me gustaba que lloviera, que me mojara de a poco. Me gustaba sentirme solo a sabiendas de que no sabía que podía pasar en la siguiente esquina.
El frío y la lluvia estaban presentes en muchos destinos, cuando caminaba a la Ibero por el metro Tacubaya y me topaba con el Juan, cuando iba a verlo a la casa de la abuela y nos echábamos unos pulques en la "hija", cuando nos agarró la lluvia en Buenos Aires, cuando comencé a trabajar, cuando tomaba por las noches nomás por el puro gusto de sentirme medio borracho y con el poder de hacer lo que se me diera la gana.
Ahora me sigue gustando el frío y ver llover, pero ahora sólo camino medio a tientas ya no pienso cuando camino, lo hago más como una mera rutina, ahora ese frío me hace sentir nostálgico... me hace sentir viejo. Ya no tiene tanto chiste, porque ahora ya no se siente el frío, tengo un auto. / Dicen que es normal... que eso hacen los adultos
Sona ara: lluvia fuera de la oficina
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