LLENANDO ESPACIOS

Hace una semana que entré al simpático mundo de los horarios laborales establecidos, de las horas de comida curiosas y finalmente de las juntas matutinas. Recibí agenda, plumas, la valiosa engrapadora y se anunció mi entrada al círculo curioso o virtuoso de la agencia.
Ahora recibo mails en fin de semana, hago numeritos y en un domingo por la mañana me encuentro haciendo propuestas. Es curioso como es regresar a esas dinámicas, en las que parece que los días no terminan y que uno está atrapado entre las paredes de la oficina, en sus carpetas y el mouse de esa maldita computadora que cada vez parece más lenta. Es por momentos desmotivante, pero al mismo tiempo me agrada saberme en la seguridad de una nómina con los beneficios que eso conlleva, con la oportunidad de hacer planes para que las cosas pasen.

Los últimos días de espacios llenos

Estos últimos ratos, se ha tratado de llenar nuevos espacios, de hacerlos propios. Quedan huecos aun, pero estamos tratando de lidiar con cada uno de ellos por separado. Próximamente llenaremos un nuevo lugar, es extraño, pero las cosas están comenzando a cambiar... alguién me dijo que estoy creciendo, no lo sé.

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PSTE: 5 ODIOS Y UN AGRADO

Recuperando el encargo del señor Wallace, y porque esto de los horarios fijos te deja siempre con vacios laborales generalmente de veinte minutos.

1. Odio que una mujer (sin niños, que no rebase los 50 y en perfectas capacidades) crea que le tengo que ceder el lugar en los peseros, vagones o metrobus; yo también vengo cansado y el que usted lectora querida no tenga pilín colgante no hace que venga más cansada, si yo lo gané ni modo.

2. Odio el betabel, las tunas y el chayote... así de simple.

3. Odio las cosas dobladas o desamarradas, no entiendo como a la demás gente no le conflictua. En efecto yo no sé cuando me salió esa manía, pero esas cosas me ponen mal, me ponen nervioso, siento que a los demás les molesta tanto como a mí, me dan ñañaras.

4. Odio cualquier tipo de roedor (menos las ardillas) son asquerosos, me dan miedo y hacen de mi vida diaria en esta ciudad una tortura. Vivir con la paranoia de encontrarte con estos animales en la ciudad como esta, es un conflicto. Más aun cuando esta ciudad está infestada de pájaros pardos que se mueven de formas raras que me hacen saltar siempre que salgo a la calle.

5. Odio que la gente escriba en mis cuadernos, sí tengo una freakes con eso, mi letra es "bonita", sí "bonita" como de niña de escuela de monjas, trato dentro de lo posible que mis notas se vean arregladas y armoniosas. Cuando la gente, generalmente con letra de araña, pone su rúbrica en mis cosas es como mentarme la madre.

*Me gusta dormir, ok eso es común, pero a mí me fascina en verdad y el no va más es dormir en el transporte público, pocas siestas son taaaaan deliciosas como esas, cuando estás bien cansado, cuando el camino es muy largo, y afortunadamente vas sentado con una buena posición para gozar de los brazos del señor Morfeo, ahh que sabrosa es esa sensación.

Sona ara: La Bonne Etolie / -M-

10 RAZONES PARA NO SER UN AMANTE

1. Porque entre su novio "el de toda la vida y tú" siempre hay comparaciones.
2. Porque inevitablemente siempre tendrás que esperar por la mentira perfecta para poder verla.

3. Porque tú eres más divertido, pero no eres seguro.

4. Porque no importa lo que digas o pienses, al final te clavas.

5. Porque el sexo siempre es a la carrera.

6. Porque te caga su cara de culpa.

7. Porque ella no conocerá a tus amigos, y a ellos no les cae bien.

8. Porque no puedes reclamar nada.

9. Porque ella "sí" puede reclamar, y siempre obvia el pequeño dato de tener novio.

10. Porque al final, nunca se van a quedar contigo o lo van a dejar.

*un plus: porque todo el mundo te dijo que no lo hicieras y no entiendes

Suena ahora: La Despedida - Manu Chao

BALAS PERDIDAS

En ocasiones la vida te pone curiosas mierdas en el camino, con la puritita intención de que las pises, que te embarres y te des color de que las cosas siguen y que uno nomás tiene que seguir caminando y el camino limpia.

Las balas perdidas son las más divertidas y las más peligrosas, las de tardes a medias en cueros y perdidos, las de noches en bardas e insultos con cariño. Las que reclaman presencia, en las cantinas, en los bares y en la calle cuando andamos solos.

Pero la bala te pega y te sangra, y entonces hay que correr hasta que te canses de voltear para ver si vienen siguiendo, y entonces hay que pasar la página, ir calle pa' arriba y recordar, que por momentos las calles perdidas fueron las más divertidas.

Sona Ara: Me llaman calle - Manu Chao

A la mierda con la perdición, con la primera, con San Cristobal y sus amantes