NOSTALGIAS Y TRISTEZAS INNEVITABLES

Pasado mañana se cumplen tres semanas... ventiun días comunes y corrientes que pasan en la vida de cualquier persona entre fiestas, laburo y demás; sin embargo días que para mí han pasado lentos, a veces demasiado, a veces de forma extraña mientras me acostumbro más a mi cuarto y los vacíos.

Los primeros días avanzaron de buena manera, días en que la rutina se hacía mi cómplice, en que la innexperiencia en un nuevo espacio era relevante y motivante para descubrir los pequeños placeres de volver a vivir por mi cuenta. Pero los últimos han estado jodidos, la nostalgia por un inicio de año caluroso en las plazas, por los peceros de manoseo jugueton o por películas vespertinas de complicidad extraña. Se han vuelto tristes, porque es difícil dejar de ser, cuando los sentimientos los traes todos revueltos y el interlocutor no cohabita con uno.

Por qué no poder regresar a una tarde en el metro... a las sonrisas complices, a una noche perdido, a un mensaje que no esperas pero que parpadea en el teléfono, la nostalgia y la tristeza se vuelve innevitable cuando pasa el tiempo. Las esperas son jodidas y sólo se tiene el miedo y la esperanza de que los días se vuelvan rápidos y se vuelvan hacía ti.

¿Cuando el mundo te grita que las cosas se terminan... por qué hacerle caso?

Sona ara: Loyalty Song - Babyshambles