DOLORES DE HUECO

Esa sensación bastante jodida de tener un hueco en el estómago, una punzada en la boca del estómago que te recorre el cuerpo con un halo frío. Es como estar enfermo, de sensibilidades, de cariño... de algunas cosas más que no se ponen en palabras.

Parece literario, un desencuentro que te deja paralizado por las esquinas más sensibles; sólo se puede dejar pasar la escena con un silencio incómodo, sólo me limito a perderme en el piso, adoquines que callan y me miran de vuelta. Se te encoje un poco el pecho y los cigarros no ayudan a volver. María lo nota, salta, ríe y me abraza... ellos están ahí, y salto, y río y el sonido me recorre el cuerpo, su música desapareció, hoy estos sonidos son míos, de María y sus risas mojadas.

Goran hace que la plaza sea como una olla en ebullición; el pecho está aun encogido pero quizá sólo sea la lluvia que nos cae encima. Termina la noche con notas de funeral gitano, o al menos eso es lo que dice el hombre vestido de blanco, curiosas y jodidas coincidencias, funerales para la lluvia y para los recuerdos. Termina con notas de guerra, por lo que viene y por mis amigos, gritamos NICOREZA a modo de saber algo que es un poco más complicado de lo que pensé...