EL OTOÑO... POR FIN
Mi mejor estación del año, es sin duda el otoño. Es fresca y este año al menos nos ha escampado nomás anunciando su llegada, por fin se ha instalado en la ciudad, ese sol bien rojo, que pone todo en perspectiva por las tardes y las lluvias que presumian de convertir esto en el Arca de Noe se han despedido. La Ciudad de México es algo raro durante el otoño, es una pausa a las fiestas que le anteceden y que se vienen, es momento de sociego y thé.
Me encuentro enfermo, y a pesar de que ahora ya todo se mira con mejor ánimo, sí que estuve medio perdido los días anteriores. Lo más curioso de esta enfermedad, es que me recuerda mucho a mis días de escuela, esos días donde salió el sol de buena forma, el día es amable con todos, y uno sólo puede pensar por qué carajos uno no lo puede disfrutar y solo se debate entre moco y kleenex. Experimenté la misma sensación, pero ahora con algo de sonrisas, mientras el mundo sigue su vuelta y yo hago pausas para limpiarme las narices.
Y por último el otoño ha sido tan amable conmigo, que incluso me ha regalado dos sorpresas la primera de ellas laboral, ya que he pasado dos días en una propuesta de... BOB ESPONJA, en efecto, hace un rato que mi trabajo no era tan divertido; por otro lado llegó a mis manos un buen libro que me ha hecho reir mucho la noche de anoche.
Así que démosle gracias al señor otoño por aparecer entre las cosas y hacer de mi vida algo más placentero, démosle tiempo también para lidiar con su otra cara, que me pone realmente nostálgico y un poco triste por aquello de las lejanías y el desperfecto destino que parece no ayudar - el estado perfecto para escuchar a Wilco o Elliot Smith -.
El otoño entra en mis pulmones y tiene olor a tabaco y thé negro... ahhhhh.
Sona ara: I'm going to stop pretending that I didn't broke your heart - Eels