FA TRES ANYS

2o . març. 2oo3
Hace tres años que me pasó, de algunas maneras me cambió, quizá me hizo pensar y lo he hecho desde entonces. Llegue como un día más a la universidad, con las mismas incertidumbres del exilio, con la mochila rota y mi bufanda. Recorría los pasillos y salones llenos de pancartas con preguntas sin respuestas exactas. De a poco la gente fue abandonando los pasillos y la facultad, algo desconcertado pregunté que sucedia...

- qué está pasando?
- estalló la guerra esta mañana y se convocó a huelga general
- cómo que a huelga?
- sí, todas las universidades catalanas... hoy en la tarde hay mani de universitarios en Via Laietana

Lo primero que pensé es que en efecto yo también estaba en contra de esa guerra, pero por qué nosotros a huelga. Fui hasta la plaza central de la universidad, era impresionante ver como se había armado de forma casi espontanea, la gente salía de todas las facultades y se sentaron a escuchar. Se leyó un manifiesto que tenía demandas directas hacia el pronunciamiento de la universidad y otras cuestiones que yo bien a bien no entendía, pero recuerdo que mientras estaba parado en el fondo un profesor de Veterinaria dijo: "coño si eres parte de la comunidad universitaria, por cojones y coherencia tienes que estar". Pensé que era cierto, que mucho se dice en las aulas y que poco se hacía fuera de ellas, que la revolución de ideas se hace con las manos.

Se anunció que la manifestación partía de la universidad a Barcelona donde el resto de universidades se unirian, se llenó la carretera de universitarios, de profesores y estudiantes aun con los libros en las mochilas, de gritos y cacerolas; era agradable saberse ahí, saber que por un momento al menos era parte de una causa, que levantábamos la voz. Ocho horas después y con un pie algo desgastado dejé la caminata, faltaban 40 minutos para llegar a Barcelona. Dicen que me perdí de lo mejor, porque depronto se vió al fondo, todo el contingente de la Autónoma (15000) llegar por el fóndo de la calle y el resto se puso de pie y aplaudió, y se hicieron uno los aplausos al ser contestados por los pies desgastados de los que venían de lejos.

Hace tres años de eso, y la guerra sigue, las cosas no han cambiado del todo y pareciera que nuestras voces no hicieron ningún eco... pero por una vez al menos, fue grande la sensación de apostarlo todo, y tener a muchos otros apostando por lo que parece imposible.