UNO MÁS

De nuevo, una sala de aeropuerto semi desierta, los últimos vuelos comienzan a partir y unos pocos desvelados o ansiosos esperan a que la llamada llegue para sentir el aire dentro de un cajón de metal. Otra vez me acompaña la computadora, un buen libro y el pasaporte.

Esta vez la espera fue distinta, Gonzalez tan querida, ha esperado conmigo mientras tomabamos una cerveza, recargo los pulmones de humo y reconfiguramos el mundo del corazón como el laboral. Es rico poder esperar así, con esta nueva vida que a fuerza de horas de convivencia y complicidad le ha puesto nombres, risas y rostros. A pesar de nuestras múltiples diferencias de vida, ella y yo compartimos un gusto no sólo por los pequeños grandes placeres como el fútbol, siempre relevante y que ahora nos ha puesto aquí, sino también por las formas y fondos de ver la vida tirando pa'lante.

Ahora una nueva morada, Rio... con su bahía, su cristo, su mar tan lleno de playa y acento. Me agrada saberme de nuevo individuo y autómata, extranjero permisivo y permisible, complice individual y portador de un pase de abordar. Pero antes de todo ello, una escala en Buenos Aires, veamos qué tal.

Propera parada: Sudamerica

Sona ara: Estoy Vencido - Andres Calamaro (un pequeño homenaje a Luisa Fabiana)