SOBRE EL PERÚ Y LOS AVIONES
De nuevo maletas, cigarros, aviones... y bueno al respecto puedo decir que últimamente me he convertido en algo así como corresponsal de Trotamundos ejecutivo. Esta vez después de 9 horas de viaje y una parada bastante desagradable en Colombia, aterrizo en la tierra de Sendero Luminoso, de terremotos, del ceviche e Inca Cola.
Comienzo a descubrir cosas que no soporto del mundo aeroportuario:
1. Por Dios, alguién le puede decir a las autoridades aeroportuarias que asignen un lugar para fumadores
2. Por qué chincuetes la gente no sabe acomodar sus cosas en una gaveta
3. El número de asiento es por algo, no se puede uno sentar donde se le de la gana
4. Cuando dicen que apagues los aparatos y pongas el asiento derecho, no es por mera manía
5. La gente debe de aprender a esperar por su maldito turno
6. Quién diablos regula el tipo de cambio, es un verdaero abuso
7. En qué momento se les ocurrió en Lima que los taxis son más caros que en Canadá, 700 pesos por un trayecto de veinte minutos...
Una vez que desahogué estos puntos, les puedo decir que no he visto nada de Lima, la hora no es la más propicia y sólo me recibió una oscura madrugada limeña, mañana habrá que aventurarnos a descubrir un poco de la ciudad. En lo que llega ese momento, me ha recibido un hotel, que contrario a lo que pensaba es bastante agradable, una buena habitación, una conexión decente y lo mejor, una cama perfectamente blanca y tendida para mí.
Nova parada... Lima
Sona ara: Milhares de Sambas - Ana Carolina
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