VIAJES

Uno puede tener muchos compañeros, pero algunos te acompañan por las noches, te insitan a viajar a beber vino y a sacar los exorcismos de los días. Vago y pienso en ellos, en los que han pasado hace poco y los de antaño, en los sabores del mezcal, de la birra, el vino y el tabaco, perfumando un sudor amargo por la noche. Viajo en el metro, y al final del anden ellos están solos, autistas y autómatas, él la abraza y ella sin reparo lo besa bajo las miradas de las señoras que reprochan lo que no conocen. Y de pronto me siento sólo, y los veo apartados en el bagón, apartados de todos y apartados de los que viajan con ellos, y me aparto un poco por que estoy junto a ellos, siento que los invado y me vuelvo a sentir solo. La música en mis audífonos es el soundtrack perfecto, Ce Pas Ta Faute suena y ellos viajan solos y me siento solo. Pero luego encontré estas imágenes y recuerdo que no viajo solo que el camino va ... con los cigarros, con el humo, con el vino y la cerveza, con todos sudando frio y amargo... y me siento bien.